Nos recuerda el Contrato Social que, hace tiempo, todos nosotros aceptamos. El texto es un acuerdo tácito que firmamos cada mañana al despertarnos con, simplemente, no hacer nada. Este texto no es una crítica social, sino que sencillamente destaca los hechos resultantes de nuestra innegable predilección por la comodidad, la indiferencia, la ceguera, la sumisión y la idiotez de todos nosotros.
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